El método árbol de causas persigue evidenciar las relaciones entre los hechos que han contribuido en la producción del accidente.
Partiendo de una adecuada toma de datos, que nos permite saber que es lo que ha ocurrido, se busca establecer relaciones entre las diferentes informaciones.
Se construye un árbol partiendo del suceso último, es decir, del daño o lesión. A partir del suceso último se delimitan sus antecedentes inmediatos y se prosigue con la conformación del árbol remontando sistemáticamente de hecho en hecho, respondiendo a la pregunta: ¿qué tuvo que ocurrir para que este hecho se produjera?.
Se busca así no quedarse sólo en las causas inmediatas que desencadenaron el último suceso, sino identificar problemas de fondo que originaron las condiciones en las que sucedió el accidente.
Las conclusiones deben traducirse en un plan de trabajo, con fechas, acciones concretas, objetivos y responsables. Debe ser, además, objeto de un seguimiento en cuanto a su cumplimiento y a su eficacia.
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